Se mueve, y parece que para bien. Nada más conocerse la designación de Zaragoza como sede de la próxima Exposición Internacional a celebrarse en 2008, las diferentes administraciones públicas parecen haberse puesto las pilas, y los primeros pasos políticos y administrativos se están dando ya. En contra de lo que algunos creen, el BIE otorga la organización al estado español, no a la ciudad propuesta, y así tiene la seguridad de que las inversiones van a acometerse, y que todo el país va a estar volcado en la organización, preparación y desarrollo del evento, al margen de la capacidad económica o de desenvolvimiento de la localidad en cuestión, que por sí sola, no podría llevar a cabo todo lo que se le viene encima. En el caso de Zaragoza, además, con un ayuntamiento arruinado, sería imposible. Pero todo ello no quita para que el impulso y la iniciativa constante corresponda a la inmortal ciudad, y el equipo de Juan Alberto Belloch y de Jerónimo Blasco está trabajando de firme, sabiendo que un solo día que se pierda al principio, se echará en falta al final. Sólo hace falta que el Gobierno central continúe apoyando como hasta ahora, y que temas como La Romareda no se utilicen como arma arrojadiza. *Abogado