Euskadi camina hacia un cambio que invita a todas las fuerzas políticas a mover ficha, de ahí que el PNV haya decidido sumar fuerzas con la izquierda aberzale para hacer realidad la manifestación del pasado sábado. El PNV, partido del lendakari, Iñigo Urkullu, escenifica con su presencia en la masiva concentración el rechazo al inmovilismo del Gobierno de Mariano Rajoy, especialmente en la política penitenciaria. Siendo como es el actual PNV todavía una garantía de moderación en la fase final de ETA, al Ejecutivo de Madrid le convendría deshacerse de la hipoteca que para la culminación del proceso de paz representa ese sector del PP anclado en el pasado. Para que el escenario abierto con el fin de la violencia y el paso dado por los presos y ex-presos de ETA no mude en una radicalización política de la izquierda aberzale, Rajoy debería dar un paso adelante e intentar que las espadas en alto con el PNV puedan bajarse en el encuentro previsto para este mes con el lendakari Urkullu. Sin duda, el pasado sábado hubo un movimiento que requiere respuesta.