El respeto al ébola pretende ser aprovechado por algunos incluso para librarse de una detención. El caso ocurrió en Zaragoza el pasado fin de semana, cuando la Policía procedió a detener a un individuo al que no se le ocurrió mejor excusa que decir que tenía un pariente infectado y que él podría estarlo. Se comprobó que era una argucia y ni siquiera se activó el protocolo. Desde luego hacen falta ganas de enredar con un asunto tan serio.