Las noticias que llegan de Madrid indican que el Gobierno central ha admitido la necesidad de retocar al alza las inversiones en Aragón incluidas en los Presupuestos Generales del Estado. Cabe esperar pues que las exigencias de la DGA, de fuerzas políticas (IU y CHA) cuyo apoyo pretende el PSOE así como de los propios socialistas aragoneses, impongan una reparación en regla de lo que ha sido una incomprensible torpeza por parte del gabinete de Zapatero. Si ello no fuese así, equivaldría a dar una primera e importante baza a la derecha, que ahora hace la oposición no sólo en las Cortes Generales sino en las instituciones aragonesas más relevantes, y que por supuesto ya ha puesto el grito en el cielo, en este caso con toda razón.

En esta coyuntura se ha producido sin embargo un fenómeno tan nuevo como positivo: por vez primera en la historia reciente, todas las fuerzas políticas y sociales aragonesas han reaccionado al unísono ante unos Presupuestos Generales. Hasta ahora se producía la consabida división de opiniones entre los seguidores del partido que gobernaba España y los demás; mas ahora la protesta ha sido unánime. El presidente Iglesias ha sabido entender esta situación y asumirla. Esperemos que dé resultado.