La salud pública y la trazabilidad o garantía alimentaria son importantísimas, con alertas recurrentes para evitar casos de intoxicación. El último en producirse a gran escala ha sido el del atún, que está generando gran preocupación, con centenares de casos en toda España. Bruselas ha requerido explicaciones, porque la sospecha fundada es que estamos ante un fraude en toda regla, y no ante un simple fallo de conservación. Europa considera que el atún afectado iba destinado a la industria conservera y recibió un tratamiento que modificó su color para darle un aspecto más fresco y venderlo así a un precio más elevado. Esto requiere una rápida explicación por el ministerio y por los productores.