Lamíita Popa dejó a su marido y a sus cinco hijos en Rumanía y llegó a España con varios rumanos más en un autobús fletado por alguna de las mafias que trafican con inmigrantes. Dos semanas después, Lamíita parió en la Maternidad del Miguel Servet a Aronas, su sexto hijo, que se convirtió en el primer aragonés del año. El hospital y los servicios sociales del Gobierno de Aragón, muy sensibilizados con la situación de la mujer, le brindaron apoyo y ayuda, pero ésta rechazó todas las manos que le brindaban para sacar adelante a su hijo. La presencia de Lamíita en las calles de Zaragoza, pidiendo limosna con su bebé, reafirma todas las sospechas sobre el influjo de las mafias y el papel que juegan los inmigrantes en estas redes. La mafia que ha traído a esta mujer a España le ha prohibido cualquier acceso a los servicios sociales y la ha dejado totalmente indefensa en la calle. El objetivo social debe ser Lamíita y su hijo, y el penal sus explotadores.