La visita a Zaragoza del equipo del BIE (oficina internacional organizadora de las grandes exposiciones) ha concluido con buenas vibraciones en relación con la candidatura de la capital aragonesa a para la Expo del 2008. Sin embargo, la presidenta de dicho organismo, Carmen Sylvain, no ha dejado de recordar que nada está decidido y que es preciso tener en cuenta la "considerable competencia" que plantean Trieste y Tesalónica, las otras dos ciudades aspirantes.

En esta visita se han producido dos hechos importantes. En primer lugar, la escenificación de un claro y potente compromiso con la Expo zaragozana por parte de las principales instituciones del Estado. En segundo, la emergencia de una mayor y mejor definición del contenido de la gran muestra (caso de que llegue a celebrarse en Zaragoza), que sin duda alguna va a poder apostar mucho más por la relación del agua con la sostenibilidad medioambiental. El BIE ha visualizado ambas circunstancias en audiencias y reuniones con el Rey o la cúpula del Gobierno central o, yendo a otro terreno, entrevistándose en el mismo meandro de Ranillas con las organizaciones ecologistas aragonesas. Son indicadores de que, decida lo que decida el BIE, esto va por buen camino.