Muchos empresarios aragoneses están que no entienden nada. Resulta que ha habido pymes solventes que aún están pendientes de que Avalia les conceda garantías por pequeñas cantidades, y la DGA ha concedido a toda prisa nada menos que 300.000 € a Cardinter, una empresa textil de Zaragoza que a día de hoy adeuda las nóminas de 7 meses a 57 personas. Y no es que ese dinero sirva para pagar lo que debe, porque el aval se ha concedido y la empresa sigue sin pactar con la plantilla un acuerdo. Avalia debe explicar muy bien esta operación porque de lo contrario se sospecha lo peor.