En los medios especializados se bromeaba ayer con la frase de "si no puedes conservarlos, ¡cómpralos!". En la era del Big Data, la movilidad se afianza como el tablero donde ya se juegan las grandes partidas. De ahí que Facebook (FB) haya decidido protagonizar la transacción tecnológica más cara de la historia con la compra de WhatsApp, por valor de 13.800 millones de euros, para convertirse en líder del mundo móvil. La cifra hace palidecer a compras anteriores, como la de Instagram, hace dos años, tambien por parte de FB, por 760 millones de euros.

La pieza no se le podía escapar a Mark Zuckerberg, la estrella por amplios méritos del próximo Mobile World Congress de Barcelona. Su apuesta le permitirá rejuvenecer su red social, situada ahora en los 41 años, e hincar el diente a los grandes protagonistas de la revolución móvil, los jóvenes. De su ralentización actual pasará a la dinamización con un potencial de crecimiento que, a priori, justifica el elevado precio del servicio de mensajería instatáneo. Son ahora 450 millones de usuarios activos de WhatsApp (70% diarios), y un tráfico de 500 millones de fotos al día, superior a la suma manejada por Facebook, Snapchat e Instagram. Acumula también unos envíos superiores a los SMS de todas las operadoras.

ESTRATEGIA DE FUTURO

La concentración y el cruce de datos que sobre tantos usuarios, mil millones aventuran ya para la mensajería móvil, podrán tener las empresas de Zuckerberg --WatsApp conserva el nombre-- representará un gran poder. De cómo lo administre también dependerá el futuro de su estrategia que, con esta compra, deja atrás la definición de red social para FB que pasa a ser un gran conglomerado de empresas. Una estrategia meditada con datos encima de la mesa. Los usuarios ahora "comprados" son ágiles y novedosos como los servicios que buscan. La competencia es dura y la posibilidad de que nazcan nuevas aplicaciones muy elevada. Ahora estos usuarios --pagan 80 céntimos de euro al año-- no tenían publicidad, ni juegos, ni se conservaban sus datos. Frente a la cooperación de FB con el espionaje de la NSA, no ha trascendido que se obtuvieran metadatos de la aplicación de mensajería móvil más extendida del planeta. Y otro dato no menor. La mayor compra de Silicon Valley ha vuelto a agitar los temores sobre una nueva burbuja.