El caso de Carmen Clavería, la chica desaparecida en Zaragoza y aparecida en una habitación del hospital Obispo Polanco de Teruel pone de manifiesto que hace falta apuntalar la política aragonesa en sanidad mental. La joven fue trasladada desde el Clínico porque no había camas libres en la capital aragonesa, a pesar de que el Servet inauguró hace poco la nueva unidad. Quizás el apoyo del hospital Militar debería seguir. Si no, es evidente, hay que corregir esto.H