Llega el verano y con él la amenaza constante de los incendios forestales. La campaña se inicia con un tira y afloja económico, ya que la DGA ha congelado las cuentas por la prórroga de los presupuestos al tiempo que los sindicatos piden más inversión. Al margen de las cifras, hay variantes a tener muy en cuenta. Para empezar, la actuación de pirómanos sobre los que la ley debe actuar con dureza. Y, por supuesto, la falta de concienciación de una parte de la sociedad que parece vivir ajena a la preservación de la naturaleza. El monte es de todos. La responsabilidad, también.