Aspirar a estar bien informado siguiendo solo las crónicas que nos ofrecen las televisiones, es caminar a la pata coja. Nunca se distinguieron estos medios por ofrecer una panorámica completa de la realidad. Lo hemos podido constatar ahora con los sucesos de Gamonal. Les digo lo de las teles porque hoy en día cualquier ciudadano acude a otras pantallas, entre ellas, las que ya ofrecen los diarios online (como este) que recogen más rápido que nadie toda la información.

Yo me enteré de los incidentes de la manifestación del viernes en Zaragoza por un email de un amigo a mi móvil; acudí a EL PERIÓDICO online y descubrí imágenes puntuales y recientes, servidas por un texto. Por eso nos enteramos de que en La Sexta una corresponsal hablaba de "la violencia se palpa en el ambiente. ¡Un grupo de jóvenes ha vuelto, como veis, a golpear las vallas, a golpear todo el mobiliario urbano-!" El chasco es enorme: en las imágenes no se ve nada de eso, nadie golpea nada, en realidad sortean unos obstáculos para poder pasar. ¿Por qué este delirio informativo? Hay más: un redactor de RNE cuenta a voz en grito que "los manifestantes han destrozado escaparates de comercios-" En ese momento, uno de los manifestantes se acerca al micrófono y le corrige: "Eh, de comercios nada, bancos, hemos destrozado bancos, que no es lo mismo. Porque los bancos también son culpables". Entiendo que estos sucesos desaten el espíritu soñador de muchos reporteros, pero hoy que hay cámaras en todas las esquinas, conviene no exagerar.