El inicio de los paros de los jardineros de Zaragoza, un servicio que presta FCC, está atravesado por un complejo bucle de intereses y argumentaciones cuya solución no tiene fácil salida. La compañía denuncia que lleva seis meses sin cobrar del ayuntamiento, que le adeuda 7 millones y éste replica que el impago es consecuencia de un incremento de certificaciones sin justificar. Mientras, FCC adelanta el importe de las nóminas y los propios trabajadores exigen a la compañía que abandone Zaragoza. Primero el consistorio debe aclarar su deuda y FCC justificar sus trabajos.