Era 2 de julio y el fichaje de Aleix Febas por el Real Zaragoza estaba a punto de cristalizar. Consultado por este diario para desmenuzar la figura del futbolista, José Aurelio Gay, que lo dirigió en la temporada 14-15 en el Real Madrid C, realizó una radiografía impecable de lo que luego, ahora ya, iba a ver La Romareda. «Es un jugador desequilibrante, diferente y fantástico. Engaña mucho, porque es pequeño de estatura (1,70 metros) y parece tener poco físico, pero es fibroso, con mucho motor. Lo mejor de él es cómo rompe líneas, tiene 8 o 10 metros muy desequilibrantes con el balón. Recibe de espaldas, se gira y es muy difícil de frenar en esos cinco o seis apoyos iniciales, le tienen que hacer muchas faltas. Y tiene mucho carácter, no se arruga, es peleón», explicaba el técnico y antes extraaordinario jugador. Aurelio concluía: «Es uno de mis ojitos derechos».

Hoy, su ojito derecho es el ojito derecho de toda La Romareda, a la que Febas ha cautivado con un fútbol directo, capaz de romper líneas, de clase y bravo. El jugador, su acogedora y amable familia, sus amigos y Javi Sánchez Jara, exjugador del Barça, vecino de Almacellas y consejero de Aleix, retratan la figura de este genio tímido sin el balón e incontenible con él en los pies. Como hacían sus amigos: «Balones al Febas». También en el Zaragoza.