La imagen del príncipe Felipe esquiando en las estaciones de Formigal y Candanchú ha sido una campaña de publicidad impagable para el Pirineo aragonés. Felipe, que ha pasado el fin de semana en Aragón en compañía de un amigo, quiso disfrutar de la nieve del Pirineo y a pesar de que la jornada del sábado fue fría y con momentos de intensas nevadas, el Príncipe no quiso perderse una jornada de esquí en Formigal, donde no esquiaba desde niño. Su presencia una vez más en las pistas aragonesas --suele acudir casi todos los años--, supone un espaldarazo a la calidad de las instalaciones de las pistas y al buen hacer de las estaciones del Pirineo, gestionadas por Aramón. No cabe duda de que esta estancia supone una importante promoción turística, que puede incrementar el turismo de invierno en las próximas semanas.