Comienzan los conflictos porque el melón tiene mucho jugo. Unos dirán que es bueno para la ciudad, otros que para sus bolsillos. El futuro-Expo ha trastocado chips, carteras y futuros. Vean la cantidad de empresas privadas que tratan de subirse al carro de los ganadores cuando su silencio hería cual navaja barbera en tiempos duros. Mas lo que cuenta es cerrar filas para que los unos y los otros comprendan que avances hacia la modernización significan mejoras para el común (siempre ha habido pobres y ricos). Ahora es preciso mantener consensos y apoyar al político que tuvo los bemoles de entender las repercusiones benéficas de un reto cuyos resultados veremos a plazo medio. Todos hemos sido partícipes, unos más que otros en un impulso hacia el futuro, sea por acción u omisión. Generosos los unos, recabamos a los otros que piensen en todos. Unicamente de esta manera lograremos que Zaragoza y Aragón comiencen a pesar, pensando y construyendo, en España, Europa y el mundo. Por más que algún que otro costurón llevemos en las meninges. Poco cuenta la aportación individual; lo que realmente permanecerá es el esfuerzo colectivo, un Aragón de nuevo cuño.

*Profesor de Universidad