Con la inauguración de la Feria del libro de Zaragoza se inician unas jornadas de profunda interrelación entre lectores, autores y libreros. Sin embargo, el pregonero de la actual edición, el escritor aragonés Fernando Lalana, puso el dedo en la llaga al incidir en las dificultades que se plantean a la profesión de librero, fundamental en la labor de orientación a los lectores, ante las nuevas tecnologías. Acertadamente, Lalana, no solo teme a la piratería, sino al soporte electrónico, en el que considera no tienen sitio los libreros, precisamente "la última barrera que nos defiende de los malos libros".