La pobre escuela de historiadores españoles, causantes del actual desprestigio de la historia como ciencia y asignatura, anda además dividida entre los que no encuentran, no descubren a España, su origen, su ser, y los que la adivinan o la ven en toda manifestación, por ancestral o extemporánea que sea.

Tirando un poco por el camino de en medio, Javier Santamarta del Pozo ha elaborado un ensayo con protagonistas españoles de lo que él llama «historia del humanitarismo»: Siempre tuvimos héroes (editorial Edaf).

El primer capítulo está dedicado a un médico oscense hoy completa e injustamente olvidado, Fidel Pagés Miravé. Nacido en Huesca en 1886, libró sus primeros combates sanitarios como médico en las campañas del Rif. La emboscada de Barranco del Lobo había convertido Melilla en un gigantesco hospital. Los cuerpos de los legionarios heridos abarrotaban el Teatro Alcántara, el Casino, las casas de los generales. Pagés no daba abasto operando de urgencia, con el éter y el cloroformo como únicos anestésicos.

De regreso a Madrid, Pagés fue nombrado médico de la Casa Real. Atendió a la regente María Cristina y con el estallido de la I Guerra Mundial fue enviado a supervisar los campos de prisioneros de Viena.

En 1918 fundó la Revista Española de Cirugía, en cuyas páginas publicó su genial descubrimiento de la anestesia epidural, que él denominó «metamérica». Sus dibujos originales representaban la manera de aplicar la punción lumbar en el conducto raquídeo, privando de sensibilidad a una parte del cuerpo.

Después de experimentar con éxito el nuevo método en más de cuarenta operaciones, Pagés falleció en 1923, en un accidente de coche.

Unos años después, en 1933, un médico italiano, Achille Dogliotti, presentó como propio el descubrimiento de la anestesia epidural en un Congreso Internacional de Cirugía celebrado ¡en Madrid! Aunque con posterioridad Dogliotti admitiría el mérito de Pagés, el sabio oscense pasaría al olvido.

Además de Pagés, abundan en el libro de Santamarta ejemplos de humanitarismo tan heroicos como olvidados