Pasito a pasito, suave, suavecito…». Así es como se mueve Mr. Rivera, al ritmo de Fonsi. Despacito, pero seguro, o eso cree. Y es que el señorito Cs, liberal, progresista y europeísta, hace el pino puente por ocupar posiciones de poder. Y en ese lo que sea, va tejiendo lenta y finamente, cual araña, esos pactos diversos con Vox, partido antieuropeo y antiliberal donde los haya. Peligro, peligro, esa estrategia riverista.

Pero, si la firma de acuerdos con Vox es «muy grave desde el punto de vista de principios, de ética, de visión europeísta» en tanto que se aleja «de lo que es el centro: progresista, liberal y europeísta», como sabiamente señala Valls, el ex primer ministro francés y ex de Ciudadanos, más lo es si cabe, diseñar una política que nada tiene que ver con la que sus iguales en Europa entienden como propia de formaciones de corte liberal, en la que las alianzas con la extrema derecha están totalmente descartadas.

Y es que si de por sí esos pactos indirectos entre Ciudadanos, PP y Vox para hacerse con varios gobiernos autonómicos, la capital de España y otras tantas alcaldías, ya resultan incoherentes y desafortunados, que la fiera de mi niño se empeñe en manifestar públicamente, que cuenta con el apoyo de Macron, el presidente francés, que parece haberles felicitado «tanto por los acuerdos en Andalucía como por los pactos conseguidos», eso ya es osadía. Uno no puede lanzar semejante órdago cuando sabe que no es verdad, dado que pocas horas más tarde fuentes del Ejecutivo francés desmentían tal respaldo. Céntrate, Rivera. Vuelve al centro político, recuerda tus orígenes y los principios de todo buen orador: la mentira es lo único que no se perdona, ni se olvida.

*Periodista y profesora de universidad