La celebración del día de San Jorge no tendrá, éste año, un perfil reivindicativo. El asunto del trasvase no será nuevamente la espina dorsal del día, sino que se dará paso a un nuevo enfoque, en consonancia con el alejamiento del fantasma del agua, que afortunadamente va perdiendo gas. Así, se incidirá de un modo especial en el campo de la cultura, con el Premio Aragón 2004 que se dará a una figura fundamental: Pepín Bello. Y ello coincide unos días antes de que el oscense celebre sus 100 años. Un premio redondo para una fecha redonda. Bello se declaraba ayer muy satisfecho y confesó, una vez más, su apuesta por la convivencia.