El debate sobre el estado de Zaragoza celebrado ayer escenificó el fin de un ciclo político en el gobierno de la ciudad. La despedida de Belloch, a quien solo le quedan ya seis meses de mandato, se entremezcló con la presentación oficiosa de los futuros candidatos a la Alcaldía de PSOE y PP, Carlos Pérez Anadón y Eloy Suárez, respectivamente. De fondo los problemas y aspiraciones de una urbe que ha mejorado de manera evidente, pero en la que subsisten problemas de fondo e incógnitas de naturaleza estratégica (urbanismo, movilidad, servicios...).

Juan Alberto Belloch puede presumir de ser el alcalde que más tiempo ha gobernado Zaragoza desde el retorno de la democracia: tres mandatos sucesivos. Ese largo e intenso periodo ha coincidido con importantes y positivas transformaciones de la ciudad. Y siendo cierto que, después de tanto tiempo, lo anormal sería que no se hubieran producido cambios a mejor, resultaría mezquino negar que el empeño y la visión de quien ha pilotado el municipio han sido determinantes a la hora de culminar actuaciones que han traído renovación y calidad de vida.

Los avances no han salido gratis. La Zaragoza pos-2008 es una ciudad muy endeudada, donde ya no son posibles los grandes proyectos. El desarrollo urbanístico, la planificación de los servicios y la atención a los barrios tradicionales han dejado además importantes flecos sueltos. El mismo Belloch reconoció ayer su debe en la rehabilitación de zonas como San José o Las Fuentes.

El debate tuvo otros dos protagonistas destacados, Suárez y Pérez Anadón. Ambos plantearon sus primeras propuestas de futuro. El conservador habló en términos generales y en un tono moderado mientras amagaba las primeras críticas a su futuro adversario. El socialista apuntó ofertas en materia de vivienda social al tiempo que ponía en valor los logros de los últimos años. En el aire quedó flotando el tema de la Ley de Capitalidad, asignatura pendiente que implica una dura negociación entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón.

CHA e IU, por su parte, lanzaron mensajes que alternaban la reivindicación social con el parcial reconocimiento de una gestión (la del actual mandato) de la que han formado parte siquiera sea de manera implícita. El alcalde les llamó a negociar y aprobar los presupuestos del 2015. Está por ver si es así. Mientras, un nuevo ciclo llama a la puerta.