Finalmente, el Gobierno de Aragón ha decidido lanzar una severa campaña de inspección en las empresas regionales que han tenido un mayor número de accidentes laborales. Con seis muertos en ese tipo de sucesos en lo que va de año y una creciente alarma social al respecto, era imprescindible tomar medidas y la más obvia y efectiva era ésa: incrementar la presión sobre los escenarios de los siniestros para comprobar por activa y pasiva si se siguen las normas de seguridad e higiene (que a tenor de los hechos parece que no).

Ya hemos dicho en otras ocasiones que la cuestión de la seguridad laboral es compleja y requiere una buena organización tanto en los sistemas de prevención, empezando por el entrenamiento de los trabajadores, como en la provisión de medios de protección, cuya ausencia o mal uso han sido ya causa de tantas tragedias. Ya que muchas empresas se saltan a la torera dichos sistemas, es imprescindible que la Administración competente tome cartas en el asunto y lance un plan de choque para acabar con las situaciones de riesgo, al menos con las más manifiestas. Los accidentes laborales no sólo cuestan vidas, que es lo más doloroso, sino también mucho dinero. Hay que acabar con esa lacra.