El comienzo de las obras en la rotonda de acceso a la estación de Delicias desde avenida Navarra y calle Rioja sería una agradable noticia para los zaragozanos de no ser porque resultaría decepcionante aplaudir unos trabajos que deberían estar concluidos hace un año. En pocas ciudades se inaugura una instalación como la intermodal, con miles de desplazamientos diarios, sin unos accesos dignos y rápidos. Pero en Zaragoza han pasado en los últimos años cosas así de absurdas. Lo único que cabe en este momento, amén de desear que la nueva rotonda esté acabada cuanto antes, es reclamar que esto no vuelva a ocurrir en el futuro.