De igual modo que impera la lógica y hace semanas se permitió el tránsito entre las tres provincias aragonesas, las medidas también se podrían haber flexibilizado en algunas zonas de Aragón que tienen una estrecha relación con municipios colindantes pero que forman parte de otras comunidades autónomas. De hecho, Aragón comparte cientos de kilómetros de frontera administrativa que es en realidad una separación puramente política, ya que los lazos económicos y culturales con los pueblos de otras autonomías son muy estrechos. No habría sido descabellado que el Gobierno hubiera permitido flexibilidad especialmente en algunas zonas sin grandes problemas con la pandemia. Un ejemplo lo dice todo. Un vecino de La Iglesuela del Cid puede recorrer los 400 kilómetros que les separa de Ansó, pero no los apenas 9 que les distancia de su localidad vecina Villafranca del Cid, por estar en Castellón.