Como cada vecino de Zaragoza puntualmente llega a mi casa el recibo de mi consumo de agua con la alegre imagen de un Fluvi contento por mantener un consumo eficiente y ahorrador de agua. Mi hogar, junto a los de otros miles, así como comercios, hostelería… y otros usuarios del agua, hemos conseguido ser de las ciudades con menor consumo per cápita de este preciado recurso natural. Lo cual también supone que hemos reducido los vertidos a nuestro querido Ebro, depurándolos en más de un 90% gracias a un sistema de saneamiento y depuración pagado a tocateja vía tarifas municipales desde hace más de 20 años, sistema que seguimos manteniendo todos los habitantes de esta ciudad con nuestros pagos.

Pero hete aquí, que un reciente informe de la Cámara de Cuentas nos dice que somos afortunados en comparación con otras poblaciones aragonesas, que gracias a cuantiosas subvenciones y ayudas económicas externas han tenido la suerte de financiar sus sistemas de saneamiento y depuración, con el consiguiente ahorro tarifario. Lo dice la misma Cámara que emitió hace dos años otro informe sobre la insostenibilidad económica del actual Plan de Saneamiento y Depuración Aragonés financiado con el Impuesto de Contaminación de las Aguas. Así que, llegados a este punto, con el ICA hemos topado «amigo Sancho». Porque, analizando cifras, resulta que la carga media fiscal total por familia en el periodo 1993-2017 se sitúa en 2.092 €, un 13,18% por encima de la media de las poblaciones aragonesas analizadas, y un 6,28% por encima de las poblaciones comparadas en este informe que más pagan. Si a esto le añadimos el ICA pagado por los años 2016 y 2017, la carga fiscal total por familia en Zaragoza se sitúa casi un 20% por encima de la media, y un 12,36% por encima de las poblaciones que más pagan.

Y en este punto Fluvi ya cambia de expresión y se empieza a cabrear. La celeridad en el cobro de este injusto impuesto a los zaragozanos y zaragozanas, contrasta con la proverbial lentitud, cuando no inacción, de la Consejería de Agricultura, y dicen que de Medio Ambiente, para cumplir con las Directivas Europeas en materia de depuración de aguas residuales y otras relacionadas con el medio hídrico. Para terminar, por ejemplo, con la situación de cientos de poblaciones de todo Aragón que siguen sin depurar sus aguas residuales urbanas. Y recalco lo de urbanas porque hay otras aguas que contaminan difusamente o confusamente, pero esas actividades no pagan.

Lo cierto es que hay decenas y decenas de miles de impagos del ICA, de recursos, reclamaciones, contenciosos y movilizaciones, así como la reciente petición vecinal, admitida por el Parlamento Europeo, para que este intervenga ante la falta de depuración. Pero, al parecer, todo ello no es acicate suficiente para una reforma radical y urgente del ICA que contemple que la carga fiscal que soportamos los zaragozanos sea acorde con el esfuerzo que hemos realizado hasta la fecha para sanear nuestras aguas. Este esfuerzo requeriría de al menos otros 15 millones anuales de inversión para completar y modernizar nuestro sistema, lo que supondría una aumento medio del recibo vía tarifas de entre un 20% y un 30%, frente al aumento de casi un 86% que supone la aplicación del ICA en Zaragoza. Y aquí Fluvi está ya totalmente cabreado y estupefacto.

Por eso la Federación de Asociaciones de Barrios, junto con las otras organizaciones y colectivos de la Red de Agua Pública de Aragón (RAPA), estamos encerrados en nuestra sede para solicitar una reunión con el señor Olona, consejero del Gobierno de Aragón, para buscar con carácter de urgencia una reforma consensuada del ICA y de la ley que lo sustenta antes de que nos llegue otro recibo. Una reforma que garantice la viabilidad económica del sistema de saneamiento de todo Aragón con la aportación solidaria, que no abusiva, de los habitantes de Zaragoza. Mientras tanto, seguiremos manifestando nuestra oposición a este ICA, para que Fluvi sonría de nuevo.

*Presidente de la FABZ