España queda fuera del foco de la UE. Ahora que Bruselas levanta el control de las cuentas públicas españolas, y cierra el expediente abierto en 2009 por déficit excesivo, pues nuestra deuda pública experimenta una disminución constante, el mayor dilema al que se enfrenta nuestro país es a resolver el rumbo de la política nacional. Asunto nada baladí. Más, después del periodo de ingobernabilidad del que ya venimos. Sánchez llega a la Moncloa sin los votos atados y no va a comparecer ante los periodistas, siguiendo así la estela Rajoy, algo comprensible y necesario, si las negociaciones con los diferentes grupos quieren llegar a algún puerto. En cualquier caso, las cuentas no están saliendo y pudiera ser bastante probable que los podemitas retiraran su apoyo a los socialistas si no logran un gobierno de coalición progresista. Y es que, aunque finalmente los políticos presos mantengan sus actas a pesar de estar suspendidos, algo que parece una realidad, Sánchez solo podría lograr su investidura en segunda votación, en la que solo necesitaría más «síes» que «noes» y no la mayoría absoluta, si además de tener la abstención de UPN, contara con el parabién de su partido, PNV, Compromis, PRC, y por supuesto, Podemos. Sin ellos, los cálculos se tornan inviables. «Qué pasará, que misterios habrá…», dependerá de la destreza con la que nuestros líderes políticos aborden este nuevo contexto multipartidista, en el que llegará más lejos aquel que mejor capacidad de acuerdo muestre. Hasta ahora a Sánchez no le ha ido tan mal poniendo el foco. ¿Seguirá su racha?

*Periodista y profesora de universidad