La crisis del covid trastocó los planes europeos de su nuevo marco financiero plurianual que arrancaba este año y se prolonga durante seis, y la Unión Europea (UE) tuvo que negociar un plan Marshall que diera una respuesta decidida a esta situación generada en forma de fondo de recuperación. El resultado son 750.000 millones de euros adicionales a los 1.074 billones ya pactados para el nuevo periodo 2021-2027. Semejante suma de recursos supone una enorme oportunidad para sentar las bases de una economía de futuro más competitiva, diversificada y resiliente. Es una segunda revolución industrial de digitalización en la que, sí o sí, España tiene que estar y Aragón no puede perder el tren. Pero no es una solución de presente, sino de futuro para sectores y territorios concretos donde, si no te adelantas, pierdes. Este plan tiene pinta que no va a salvar muchos empleos en España ni va a ser la salvación de las pymes.

El objetivo prioritario de los fondos europeos no es el empleo, sino transformar el tejido productivo --proceso en el que siempre se han perdido puestos de trabajo, aunque acto seguido también se ganan--, así como el mantenimiento de la actividad. Entre la UE y el Plan de Recuperación, Trasformación y Resiliencia del Gobierno, el España puede, lo que puede ocurrir en nuestro país es que el modelo productivo cambie en seis años en lugar de en quince. Pero a los bares o al sector del turismo y la restauración, a la cultura o al comercio, en general, no le va a servir para mucho. Para ellos es una entelequia. Este plan se apoya especialmente en los recursos que la UE pondrá a disposición de España, hasta 140.000 millones de euros en transferencias y créditos en los próximos seis años. Se recibirán 72.700 millones de euros en forma de ayudas directas mediante subvenciones del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia y el Programa React-EU y el resto, en créditos. Por muchas incertidumbres que haya, sobre todo por la evolución de la pandemia, en cualquier caso, no se pueden levantar falsas expectativas entre las pymes aragonesas.

Capacidad de persuasión

El plan está diseñado para las grandes empresas, y ya se ha conocido cómo Endesa presenta varios proyectos, algunos de los cuales pueden recalar en Aragón y lo mismo ocurre con Telefónica. En Aragón, PSA, Samca, Saica, Térvalis y empresas de estos tamaños son las que tienen posibilidades de presentar proyectos con capacidad de persuasión ante el Gobierno central --que será quien elija, al final-- ya que disponen de equipos de ejecutivos y de asesores preparados para ello. Solo medianas empresas agrupadas por sectores pueden ser capaces de presentar proyectos de cierta envergadura que puedan tener posibilidades de éxito, pero hay que tener claro que proyectos de 100.000 euros no tienen ningún futuro, sino que no se estima más que a partir de, al menos, 10 millones de euros. Son las condiciones en las que Europa se mueve a gusto. Se dice que en Aragón ya hay 150 proyectos que rondan los 10.000 millones, aunque la confidencialidad impide conocer detalles incluso a la Administración autonómica que es mera correa de transmisión. Cuando lleguen serán útiles, sin duda. Y ojalá se juegue con la territorialidad porque sería un fracaso que solo cuatro o seis comunidades autónomas resultaran beneficiadas de la millonada europea. El futuro está en todos los sitios.

Pero, ¿qué hacemos ahora mismo con los miles y miles de pequeños empresarios arruinados en el último año, o con los asalariados que no han tenido la suerte de los ertes y están engrosando las cifras del desempleo? En Aragón el PIB ha caído y hay 85.000 parados. Es evidente que los medios de los que dispone el Gobierno de Aragón son escasos, están muy limitados porque, además, tiene que atender a muchos ciudadanos y a muchos sectores que están viviendo meses amargos. Quizás por eso hay que exigirle al Gobierno central que tiene la obligación moral de buscar recursos como sea porque, además, muchos de esos emprendedores que se han quedado en el intento, van a dejar un reguero de deudas impagables.

Planes concretos

Puede haber llegado el momento de equilibrar un sector servicios que en los últimos años se había desmadrado pero hay que pensar que el turismo, por ejemplo, con todos los negocios que tiene a su alrededor, es muy importante en la economía española (se habla de una pérdida de ingresos en todo el país de 70.000 millones de euros por culpa del virus) y ahí el plan Marshall no entra. Por eso hay que poner encima de la mesa de los gobiernos, regional y nacional, planes concretos para ya mismo. El Remonta para el sector de la montaña, y otros que puede encauzar el Ejecutivo aragonés, tienen que ser motor de arranque para iniciar ya mismo caminos de recuperación. Todo este personal afectado no puede esperar a que en los próximos seis años se esté en disposición de competir a nivel global, Sin duda, bienvenido sea todo lo que llegue que redundará positivamente en el futuro del territorio, pero la situación actual, la de muchos y muchas, no se resuelve con estos fondos europeos cuyas cifras descomunales simplemente marean a la mayoría tanto como los 555 millones del contrato de Messi.