Puente de Todos los Santos. Eso es lo que importa. Que cese el mundo y baje el pistón. O sea, un poco de fiesta, que este año hay pocas. Pocos puentes en la España Plural. Conferencia de presidentes, qué buen rollo, un poco de cultura, geografía: la foto ya trae un poco al existir a las autonomías que normalmente no emiten: casi todas. Sirve para conocer a los respectivos presidentes, que ya es. Todos un poco talludos, ajados por el uso y el forcejeo en sus respectivos feudos, (qué dura es la vida diaria histórica), hay que leer el pie de foto para saber los nombres, esos personajes sólo existen en sus zonas de cobertura y en las franjas aledañas, luego van menguando en la vasta España de tres o cuatro hasta que se difuminan y se pierden, se quedan en materia para expertos, entomología de la España completa, variada.

Ha tenido mérito esta foto, esta reunión con foto y pie de foto, porque refleja mejor el articulado básico, las leyes. El romo aznarato ocluyó a las autonomías. El talante y el buen rollo dialogativo de ZP (Teruel Existe, có) consigue lo mismo pero con otro estilo: en la multitud se difuminan algo los singularoides, se normalizan y se homologan. Hasta el Rey obtiene un poco de legitimidad extra, que nunca viene mal mientras se incuba el nieto, pues por un lado la foto recuerda a las cortes medievales, y por otro no hay que olvidar que hay dos niveles de elección, dos votaciones diferentes, la de España y la de cada comunidad. No tiene nada de malo que este doble sistema se escenifique en un acto no vandálico ni enfurruñante, antes bien en una sesión y en una comilona. Lo raro es que no se haya celebrado antes. Es rarísimo. Ya quisieran en EEUU unas elecciones tan matemáticas, un sistema de recuento tan limpio y veloz. Aún dudamos de la legitimidad de Bush, y si no dudamos más es por no desprestigiar el sistema, pobrecillo, que bastante tiene con no derrumbarse. Lo que le ha faltado a la foto para ser completa es el jefe de la oposición, el señor Rajoy, que se ha quedado un poco descolgado, como fuera de España. Ya, puestos a ser normales, lo lógico hubiera sido sentar a Rajoy en el ágape. Más raro fue ver a uno de la División Azul en el desfile aquel y bien que nos lo tragamos. Rajoy ha sido el gran damnificado de esta foto previa al puente y al cambio de hora. Por cierto, no había ni un cura.

*Escritor y periodista