Puede sorprender la inclusión de la formación profesional de pinchadiscos en la oferta educativa que acaba de dar a conocer el Gobierno de Aragón, pero si la FP persigue seguir formando a jóvenes que no apuestan por una preparación universitaria y con el ello se evita el abandono precoz de los estudios, bienvenida sea. Y si, además, responde a una fuerte demanda del colectivo interesado y hasta tiene una salida laboral orientada, la perplejidad inicial que despierta debe ser asumida como una adaptación a la realidad educativa y laboral.