Para los españoles era progreso, cultura y civismo. Para Aragón, la salida natural a Europa, una frontera mágica tras la cual estaban los libres que eran también exiliados, los valientes, que eran también emigrantes, las películas y libros prohibidos y el Partido del que se era miembro clandestinamente. Estaba el otro lado de un tren simbólico: el Canfranc (a ver si de una vez funciona como debe) y una corriente cultural a la que queríamos unirnos. Ser afrancesado no era ser napoleónico sino progresista, lector, soñar un país moderno y laico. Luego nos convertimos en el país de mayor penetración de la subcultura yanqui, de sus marcas, su lenguaje y su música pop. Y aunque somos el país que mas desprecio siente por el Imperio después de los árabes según las encuestas oficiales, somos también el más asimilado por sus productos. Un gran mercado. ZGZ es sede de CineFrancia-04, festival hermano de CineEspaña en Tolousse, la más hispana de las ciudades francesas. Un maravilloso invento para intercambiar cine, o sea cultura y experiencias, ahora que en las salas resulta casi imposible no ver otra cosa que films de Gringolandia . Cultura de una Europa que es nuestra nueva casa. *Periodista