El gobierno ha mostrado su intención de sacar del Valle de los Caídos el cadáver de Franco, decisión que muchos, yo entre ellos, aplaudimos. Esta decisión ha vuelto a poner sobre el tapete de la discusión pública la figura de este militar y político que tanta influencia ha tenido sobre la vida de los españoles durante muchos años. La pregunta que yo me hago es: ¿sigue Franco siendo decisivo en la vida de España? Quien no quiera verlo no lo verá ya que el peor ciego es el que no quiere ver, pero el daño que Franco ha hecho a España está lejos de haber terminado.

1 - El famoso poema de Antonio Machado sobre las dos Españas sigue estando ahí. Hay españoles que, aunque en público les dé cierta vergüenza reconocerlo, siguen pensando que lo que llaman el alzamiento nacional era necesario. Para ellos la Segunda República encarnaba el mal, el demonio, la llegada de los bolcheviques, el comunismo dispuesto a comerse al mundo. Y me temo que en la enseñanza actual no se incide lo suficiente en este asunto. Hay que explicar la historia constitucional y tenemos que hacerlo sin caer en el maniqueísmo, yo bueno, tú malo. En la Segunda República, también, se cometieron errores, y se deben estudiar.

2 - La sublevación militar contra el gobierno legítimo de la república, repito: sublevación militar, así es como debemos llamarla, nada de alzamiento nacional, no puede ser justificada bajo ningún concepto. Los militares son los depositarios de la fuerza del estado y solo pueden utilizarla a las órdenes de los poderes legítimos. Que un grupo de militares se conviertan, por decisión propia, en propietarios de las armas y las utilicen contra una parte de sus compatriotas es uno de los mayores crímenes que se pueden cometer. Y ahí, solo ahí, estuvo el origen de la guerra civil.

3 - La victoria. Franco fue el líder del bando vencedor en la guerra. Esto es cierto. Por aciertos propios, por errores de sus contrarios, por la ayuda externa (mucho más eficaz que la que recibió la república), por la cobardía de las potencias democráticas europeas, y por algún que otro factor, que también sumó, Franco fue el vencedor en la guerra. Y eso, en ciertos ambientes, vende.

4 - Fue un líder providencial que evitó que España entrara en la Segunda Guerra Mundial. Mentira. Una auténtica falacia que resulta difícil de desmontar. Por mucho que haya ya información documentada suficiente para demostrar que no fue una decisión de Franco y que no entramos en aquella terrible guerra porque a Hitler no le interesó, quien quiere creer lo contrario va a seguir haciéndolo.

5 - Su dictadura no fue para tanto. Que el gobierno de Franco fue una dictadura no admite discusión alguna, queda reflejado en las Leyes Fundamentales del Reino. Además de en lo jurídico, en la realidad es indiscutible que fue la voluntad de este general la única decisoria en último extremo mientras gobernó. Este dato, criticado por una inmensa mayoría de españoles si piensan en países gobernados hoy así en el mundo, no parece afectar a la memoria de Franco. Ni los miles de asesinatos que ordenó (disimulados a veces en juicios de diferentes denominaciones), ni el exilio que sufrieron tantos y tantos compatriotas, ni la cárcel por la que pasaron otros muchos, nada de eso parece hacer mella en quienes siguen viendo con tolerancia e, incluso, con simpatía, a Franco. Conozco a algún socialista que afirma: «a mí a Franco que no me lo toquen; él trajo la prosperidad a mi pueblo». Es inútil tratar de explicarle que sin el general la bonanza económica hubiese llegado a su pueblo y a toda España mucho antes.

Retomando el hilo de la exhumación, quienes se oponen a esa decisión no lo hacen abiertamente, nadie (salvo una o dos personas, de avanzada edad y con evidentes signos de no estar en posesión de unas condiciones mentales sanas, que afirman que los fusilados por el franquismo están bien fusilados) defiende de frente al régimen del general Franco y, por tanto, se dedican a utilizar subterfugios. Que si el que está enterrado es un militar y lo deberían tratar con respeto; que si hay cosas mucho más urgentes e importantes que hacer; que si deberíamos dejar en paz al pasado; que si lo que se pretende es reabrir heridas; que si el procedimiento elegido no es el mejor. Todo cirlunloquios para no decir claramente lo que deberían hacer, decir la verdad. Para ayudarles yo les propondría el siguiente ejercicio mental: piensen en Adolf Hitler. Fue el principal aliado de Franco al instaurar su régimen. ¿Defendería usted al padre del nazismo?

Los dirigentes de los partidos políticos de derechas podrían aprovechar esta ocasión para explicar a sus seguidores que tener antipatía al general Franco no debería ser patrimonio de las izquierdas. Todos los españoles deberíamos abominar de él.

*Militar. Profesor universitario. Escritor