Los precios del mercado inmobiliario español empiezan a presentar síntomas de moderación tras el ciclo alcista que ha vivido durante los últimos años. Los datos sobre las tasaciones realizadas desde enero a junio ponen de manifiesto que el incremento de valor de la vivienda es elevado, un 13,8%, pero cae respecto al astronómico 18,8% que registró el año anterior.

Hay varias razones para esta desaceleración. Se trata de la acción conjunta de una incipiente ralentización de la demanda, el horizonte con unos tipos de interés más elevados y la lenta recuperación de los mercados bursátiles, que vuelven a recibir una parte del capital que se refugió en la inversión inmobiliaria durante la tempestad.

El Gobierno de Zapatero promete actuar también desde el lado de la oferta y anuncia un plan de choque para elevar la disponibilidad de pisos de alquiler a precios moderados. Su idea es que esta opción facilite el acceso a la vivienda a la población que no puede abordar el actual encarecimiento. A diferencia del Ejecutivo del PP, que estimuló la compra para apuntalar como fuese el crecimiento económico, la nueva política de vivienda nace más orientada a la defensa del derecho constitucional a casas o pisos accesibles.