Sumados, los resultados del referéndum y de las elecciones regionales celebradas en Italia el pasado fin de semana, constituyen un freno al populismo que ha asolado el país en los últimos años y un respaldo a la política moderada y europeísta del primer ministro, Giuseppe Conte . El pionero de esta ola populista -aunque integrado enel Gobierno de Conte-, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), promotor de la drástica reducción del número de diputados y senadores propuesta, ha celebrado legítimamente la victoria del sí en el referéndum.

Sin embargo, si se tiene en cuenta que las principales formaciones políticas optaron por apoyar esta propuesta, que contaba con un amplio consenso social, y que el no ha obtenido el 36%, el triunfo del M5S debe relativizarse. Uno de cada tres italianos ha considerado que los males de la política italiana son de fondo y requieren reformas que van mucho más allá del recorte del número de representantes en las dos cámaras.

Los resultados discretos obtenidos por la Lega de Matteo Salvini , el otro gran impulsor del laboratorio populista italiano, y los buenos resultados cosechados por el socialdemócrata Partido Demócrata (PD), que llega en primer lugar en casi todas las regiones y conserva la Toscana, van en la misma dirección. La de un voto sensato que ha resistido los embates de la pandemia y que mira hacia Europa, de donde tienen que llegar los fondos para la recuperación.

Dentro mismo de la Lega, la victoria del moderado Luca Zaia en el Véneto constituye una advertencia a las excentricidades del ultraderechista Salvini y una posible amenaza para su liderazgo.

No es de extrañar que las instituciones de la Unión Europea hayan sido las primeras en leer estos resultados con alivio. Es pronto todavía para dilucidar las consecuencias que estas elecciones pueden tener en la política nacional italiana, siempre tan volátil. Por de pronto, Giuseppe Conte sale fortalecido tras una campaña donde los dos componentes del Gobierno, el PD y el M5S, han concurrido por separado y con agrias confrontaciones locales.

El reforzamiento del PD y los magros resultados obtenidos en las regionales por el M5S le dejan en mejores condiciones para afianzar su papel. Tanto en el plano interno, como en el europeo, donde Italia puede recuperar protagonismo.

En Bruselas, Conte podrá presumir de que la crisis del covid-19 no tiene porqué dar rienda suelta a la demagogia y al populismo y se puede atajar con los valores propios de la cultura política europea.