Necesitamos inmigrantes. Los necesitamos como agua de mayo. Basta poner el horizonte en la próxima década y preguntarle a cualquier economista. La duda tal vez sea cuántos necesitamos, pero no hay una sola tesis que haya demostrado que podamos mantener las pensiones o el sistema de seguridad social -es decir los pilares del Estado de bienestar- sin abrir las puertas. En España el debate se ha colado de golpe y por las mismas razones por las que ya ha hecho furor en el resto de Europa, donde la derecha mas conservadora se ha instalado en el poder en países como Hungría, Austria o Italia, con el discurso de la pérdida de identidad y a la falta de seguridad que provoca la inmigración ¿Por qué engañan? ¿Por qué ocultan el interés común? No es que desconozcan que nuestras sociedades envejecen y avanzan hacia un futuro inviable, es que expandiendo el temor a la inmigración arrancan millones de votos. Explotan su único argumento para arrimarse al poder. Triste que haya entrado en España de la mano de una derecha que le ha bastado perder el Gobierno para abrazar esa misma idea de que nos invade el enemigo. Mientras pagamos 3.000 millones de euros para sellar la frontera turca, Marruecos ‘solo’ ha recibido 30 para hacer lo mismo y presiona abriendo el grifo. Es el anuncio de un verano mas caliente en la ruta occidental, con puerta de entrada en el sur de la península. Aun así, no será una invasión, pero sí la evidencia de que financiar las fronteras del engaño es inútil porque solo aumenta los beneficios del tráfico humano. Un error que debería centrar el debate.H *Periodista