Una fundación liderada por César Alierta y compuesta por otros empresarios solventes ha diseñado una fórmula para tomar el control del Zaragoza y garantizar su viabilidad. La iniciativa, que hoy será presentada en sociedad, ha topado no obstante con la terquedad del grupo que lidera Javier Lasheras, que insiste en la venta de la entidad al supuesto fondo de inversión mexicano a pesar de no contar con el plácet de Hacienda. La fórmula diseñada en torno al presidente de Telefónica parece hoy la más viable, habida cuenta de la incapacidad evidenciada hasta ahora por la nueva propiedad y de la premura en los plazos para garantizar la continuidad. El Zaragoza representa un símbolo de la ciudad y de Aragón, un intangible a preservar, y ese y no otro es el espíritu que deberían mostrar quienes pretenden liderarlo en el futuro.