Pero cómo no se puede tener claro, a estas alturas, el destino del antiguo Teatro Fleta. Va a hacer un año que tenían que haber concluido las obras y están muy lejos aún de su finalización y no sólo eso, sino que su utilización puede cambiar. El nivel freático parece ser el culpable del desajuste económico y para subsanarlo necesitan rentabilizar la inversión. Sin entrar en valoraciones de la falta de previsiones y de transparencia, este proyecto ha de ser rentable cuando su escenario se vea terminado en un breve plazo y se programen las temporadas de teatro y de lírica, no cambiando, sobre la marcha, su destino pariendo ideas de un nuevo teatro lírico en Ranillas, en el proyecto Expo 2008 que está aún por ver o reconvertirlo en palacio de congresos cuando ya tenemos uno que además funciona con la programación musical al máximo.

Esta Consejería de Cultura del Gobierno de Aragón necesita de nuevos consejeros y mejores gestores que actúen sin divagaciones, que no transmitan confusión y falta de inteligencia. Solemos responder a los estímulos, no creo que nos merezcamos este desconcierto que nos tiene tristes y aburridos.

*Pintora y profesora de FP