Portavoces del Gobierno central en Madrid y en Aragón comienzan a dejar caer que las consecuencias económicas de la pandemia se reflejarán inevitablemente en el próximo presupuesto. Tampoco sería de extrañar que, ya en el presente ejercicio, y desde ahora mismo, los anuncios de aplazamientos y demoras vayan haciendo oficial y constante acto de presencia.

Difícilmente podría ser de otro modo. En todo el largo trimestre de confinamiento, el Estado, al igual que millones de particulares, ha ingresado mucho menos de lo previsto. Si a esas pérdidas añadimos los extraordinarios gastos que el Gobierno central y los autonómicos se han visto obligados a aprobar en equipamientos de sanidad, respiradores, mascarillas, hospitales de campaña, transferencias de capital para educación, o la reciente aprobación de una renta mínima, la fórmula contable no parece la mejor para presentar un saneado balance, y sí para acercarse peligrosamente al abismo de la quiebra.

Una de las provincias que puede resultar perjudicada es el descarbonizado y despoblado Teruel.

Tanto los compromisos adquiridos por el Gobierno de Aragón, los suscritos por el ministerio de Teresa Ribera, como las más recientes demandas negociadas por Teruel Existe corren el riesgo de ver aplazados sus planes de inversión; en el peor de los casos, cancelados.

Frente a la pandemia económica y los recortes que se avizoran en el nublado horizonte del año 2021, nuestros políticos tendrán que luchar con viejas o nuevas armas. Entre las últimas destaca el voto privilegiado, de oro, de Teruel Existe, cuyo único diputado, Tomás Guitarte, es clave en el Congreso a la hora de sacar adelante un presupuesto, una ley o una declaración de guerra (Trump no lo quiera).

Lo que el covid parece haber arrasado también es el gallinero gubernamental. En los ponedores de Moncloa, la gallina presupuestaria de los huevos de oro ya no puede seguir poniéndolos. Pedro Sánchez no tendrá el recurso de seguir premiando con doble ración a los gallos de otros corrales. Y ojo que un zorro no le desplume el suyo.