También en Casablanca dijo un personaje entrañable ese tócala otra vez Sam, declaración solemne de vida, ganas de perpetuar lo bello, todo lo que nos gusta e iguala. No ha ganado Al Qaeda, como mi amigo y exsensato analista Gabriel Albiac acaba de lanzar cual iscariote lapidador. Ha ganado la razón, la ilusión, la esperanza de construir un marco político basado en la verdad y el respeto a los ciudadanos. Hola, España, dignísima opción de cambio, las músicas de la alegría sonando en los oídos plurales. El 11-S tradujo en USA la inmoral rebelión, mediante espurios medios, de los oprimidos, oprobio y llanto, sangre y dolor, sinrazón, locura, asco. Exactamente igual que lo acaecido el 11-M en Madrid, capital del dolor, de todas las Españas, entre días once y once también el terrorismo vengador de Israel, la horrible sífilis en versión goma-2 que regala Bin Laden, el plomo afgano, la metralla etarra, la coca colombiana o la vesania hipócrita de los que solamente condenan aquellas agresiones perpetradas contra quienes consideran los suyos. Toda agresión, toda muerte violenta, cualquier escupitajo contra el ser humano, es pura mierda, bendiga la albóndiga Albiac o el porquero del filósofo. Ha ganado España al apostar por un cambio razonable, un Zapatero que de remendón ha pasado a convertirse en maestro. Sabio pueblo español, más judío que nunca, más árabe que cuando lo fue, más cristiano que Roma. Zapatero, desde Esukadi a Cataluña, pasando por Aragón, Galicia o Andalucía, la piel de toro sudando ilusión. Ha ganado España, la plural y de todos, la libre.

*Profesor de Universidad