El teniente de alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, lanzó ayer un órdago al Gobierno de Aragón, que es quien tiene la última palabra sobre la construcción de zonas comerciales en el nuevo proyecto de La Romareda: si no se autoriza la construcción de los dos rascacielos que habrán de financiar la operación, el nuevo estadio no se construirá. Gaspar anunció ayer que la ciudad tiene otras prioridades --como viviendas, equipamientos e infraestructuras-- al mismo tiempo que daba la lista completa de los 30 equipos de arquitectos de toda Europa que se han presentado para rehacer el nuevo estadio de fútbol. Pero este proyecto puede convertirse en una larga historia de papel mojado si la DGA no da el visto bueno a la operación tal como la ha diseñado CHA. No parece que Gaspar vaya de farol, pues una de las bases del concurso internacional al que concurren los 30 equipos deja bien claro que el pago del proyecto depende de la DGA.