El consejero de Hacienda de la DGA, Javier Campoy, defiende que los presupuestos que ha presentado para el 2015 incidirán positivamente en la economía aragonesa porque con la reducción de impuestos se incentivará el consumo y se incrementará la actividad económica. En frente, la oposición considera que son unas cuentas de la lechera, irrealizables, pues fían todo a un crecimiento económico optimista hasta la ingenuidad, habida cuenta de que los achaques de la economía española no están ni mucho menos corregidos. ¿Quién tiene razón? ¿Son unos presupuestos generosos con los ciudadanos tras un tiempo de sufrimientos o son ficticios e incumplibles...? Ni una cosa ni otra, probablemente. De lo que no cabe duda es de que están pensados para un año electoral que se sabe como empezará pero no cómo acabará.