¿No aplaudieron al final de la emisión de Operación Palace? Era lo mínimo. Yo aplaudí con las orejas. Si alguien dudaba todavía de la genialidad creativa de Jordi Évole y todo su equipo, la emisión el domingo de esta ficción sobre el 23-F le tendrá que haber despejado todas las dudas. Les confieso que sentí envidia durante la contemplación, de no haber podido estar entre los guionistas.

Vayamos por partes: una importante cantidad de espectadores se ha indignado por haber "jugado" con los sentimientos. Así se lo hicieron saber a Jordi desde Al rojo vivo. Todo es comprensible. Pero permítanme aportar tres factores a su favor: han pasado 33 años; suficiente como para abordar el tema desde perspectivas más distendidas. Segundo y fundamental: en el golpe del 23-F no hubo víctimas. Nadie murió ni fue herido. Por eso jamás se podrá flirtear con asuntos como un atentado terrorista, como la tragedia de Atocha. Y finalmente, el truco fue desvelado al finalizar la emisión.

Aclarado eso, hay que añadir a favor del equipo de Salvados que construyeron muy bien su ficción cuando todo el mundo se la creyó. Y les pregunto: ¿no disfrutaron con este entramado perfecto? ¿No aplaudieron a los políticos que intervienen, excelentes actores? ¿No les parece genial que fuese Garci el que dirigiese esa ficción? ¿No es de ovación buscar vínculos con el Oscar a Garci un año después? Solo puedo imaginar el gozo infinito de los realizadores de esta farsa mientras la fueron elaborando. Lástima no haber estado con ellos.