Primero, la carretera y después, el ferrocarril. El caso es que este verano, la provincia de Huesca lleva la negra. Las obras en la parte francesa del Somport han dejado un reguero de pérdidas en el sector turístico. Y, ahora, el incidente de un mercancías cerca de Jaca ha dejado la vía del Canfranero inutilizada sine die. No es que tenga mucha demanda, pero es una muestra más de que el actual estado de la infraestructura necesita algo más que apaños. Y de que la gestión en esta materia descarrila.