Es de sentido común que el consejero de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliaga, saliera ayer de la reunión con los directores de las estaciones de esquí aragonesas advirtiendo que no existe fórmula mágica que permita acoger en las pistas a todos los usuarios potenciales si además éstos quieren llegar con su coche a pie de telesilla, el mismo día y a la misma hora. Es imposible, y los condicionantes orográficos, paisajísticos y medioambientales de los estrechos valles pirenaicos tampoco permiten alardes inmediatos en la ampliación de accesos por carretera y aparcamientos, aunque sin duda es posible mejorar unos y otros. Y es ahí donde tiene que intervenir el consejero, además de describir las circunstancias que intervienen el problema, común estas Navidades a otras grandes estaciones españolas. Es necesario racionalizar el asunto y adelantar soluciones si además se pretenden explotar nuevos dominios esquiables. La clave está en que las estaciones sean capaces de anticiparse a los acontecimientos orientando a los usuarios ante una posible sobreocupación, promoviendo la venta anticipada de forfaits, usando los recursos telemáticos que hoy existen para gestionar su oferta y creando sistemas colectivos de acceso a las pistas. Y esto sólo para empezar.