La decisión de Podemos de concurrir por separado de IU no es inédita. Ya lo hicieron en las autonómicas del 2015. Pero al panorama electoral actual no parece sumarle mucho la fragmentación de la izquierda. El secretario general de los morados, Nacho Escartín, le resta importancia a esta confluencia fallida como a la posibilidad de que tampoco prospere con ZeC en las municipales. Confía en el Aragón, tierra de pactos para hacer ajustes poselectorales. Solo hay un problema y es cómo gestionar la frustración de los que confiaban en estas confluencias. No es momento para desmotivar al votante.