Ccon su decisión de ayer en Consejo de Ministros, el Gobierno de España que preside José Luis Rodríguez Zapatero, ha cumplido su compromiso de derogar el trasvase del Ebro. La modificación sustancial del PHN es ya oficial.

Es un momento de júbilo para los aragoneses. Persisten conflictos hidráulicos de ámbito regional a los que ahora es preciso atender desde el diálogo y el sentido común. Pero la mayor amenaza de futuro ha quedado conjurada.

El PP levantino se dispone ahora a iniciar movimientos de presión para seguir reclamando unos caudales que, según los presidentes de Valencia y Murcia, les han sido robados . Tal dialéctica resulta cuando menos absurda, pero va a formar parte del inmediato panorama político. Frente a ello, Aragón debe mantener su decidido apoyo a la posición gubernamental. Es necesario respaldar con firmeza la derogación del trasvase. Sin alardes impropios, pero sin olvidar que será preciso mantenerse en guardia ante las reacciones que surjan desde el Arco Mediterráneo. Hemos ganado la más importante batalla del agua librada en los últimos cincuenta años. Esta será una fecha para la Historia.