El Gobierno ha anunciado la creación de una Comisión Permanente contra la Desinformación. Aunque en el proyecto hay grandilocuencia, vaguedades y palabrería de difícil comprensión, que un Gobierno controle lo que se dice del Gobierno parece un incentivo perverso. Pero el equipo Redondo/Sánchez puede hacer bien el trabajo de detectar las fake news . Una de las primeras lecciones en clase de escritura creativa es escribir de lo que conoces.

El Gobierno dijo que aprobar sus presupuestos en el 2019 era la única forma de dar dinero a las comunidades autónomas para gastos sociales. Cuando no se aprobaron y se convocaron elecciones, se liberaron los fondos. Ahora el Gobierno y sus mensajeros dicen que sin presupuestos no podemos acceder a los fondos europeos: también falso. Sánchez firmó un libro escrito por una ghostwriter . Presentó una tesis doctoral muy sospechosa, que firmó con otra persona cuando salió en libro. Dijo que Torra era el Le Pen español; luego quiso montar una mesa de negociación. Dijo que había que reformar el delito de rebelión para que no se repitieran los hechos del 2017; ahora se habla de reformar el de sedición, para que cuando repitan tengan menos pena. Dijo que no pactaría con Podemos; tardó horas en hacerlo.

El PP de Rajoy estaba según él en la derecha más extrema de Europa (por una ley que Sánchez no ha derogado). Dijo que España no entró en la ONU cuando se fundó por ser una dictadura: falso. La vicepresidenta alentó a ir al 8-M y dijo que había que modificar la Constitución para incluir la igualdad de hombres y mujeres. Fernando Simón desaconsejó el uso de mascarillas. Our World in Data tuvo que suprimir a España porque sus datos no eran fiables. El ministro de Justicia mintió en el Parlamento. Se atribuyeron decisiones a comités que no existen. Sánchez insistió en cifras falsas de pruebas cuando ya habían sido desmentidas. Hace unos días repetía el bulo de que España es el segundo país del mundo en desaparecidos. La lista de mentiras de UP es interminable. Leopoldo López habría pasado más tiempo en la cárcel en España que en Venezuela, dijo Iglesias ; Echenique insinuó que Rivera se había saltado un control antidroga; el ministro de Universidades reprodujo un bulo que decía que el entonces líder de Cs había sido falangista.

La ministra de Exteriores declaró que el objetivo es «limitar que se puedan vehicular falsedades a través de radios, televisiones y también las plataformas digitales que falsean el debate público, que manipulan a la población y que pueden causar un gran quebranto a la democracia».

El Gobierno corre el riesgo de dar un giro autorreferencial y, como algunos narradores autobiográficos, hablar solo de sí mismo.