Es evidente decir que la figura de Goya, su obra y su vida se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración para escritores, artistas plásticos, músicos y actores. Es una de las pocas figuras en las que se puede ahondar y encontrar nuevos referentes de nuestra identidad. Su modernidad ha traspasado espacios en el tiempo, generando un constante estímulo. Posiblemente Goya no pensó llegar a tal trascendencia histórica, sobre todo después del descontento que obtuvo al pintar, en El Pilar, la cúpula Regina Martyrum. Pero el tiempo le dio la razón y aquel joven pintor marchó a Madrid y empezó su imparable carrera pictórica. Su tenaz esfuerzo y su volcánico temperamento le sirvieron para pintar con maestría de oficio, con voluptuosidad expresionista o con aterrador desgarro una obra que se ha hecho modernamente universal. Pocos artistas han llegado tan lejos y nos vanagloriamos de que sus referencias y algunas de sus obras posen en nuestra tierra.

Aragón se caracteriza por actuar lentamente en el reconocimiento de sus grandes y buenas figuras, y Goya ha sido un claro ejemplo. Con el primer concurso arquitectónico en 1998 se comienza a potenciar al artista de Fuendetodos y la manera de hacerlo era crear un Museo o un Espacio Goya. Se presentaron iniciativas, proyectos y ninguno llegó a buen término -la lista es amplia-- los desencuentros, basados en criterios diferentes de autoridades e instituciones, impidieron poner en marcha cualquier proyecto. Entretanto la formulación de El Espacio Goya emergía de vez en cuando como centro de investigación y difusión de la figura del pintor, exhibiendo su obra y la de otros artistas coetáneos, este proyecto, en su conjunto, iba a servir como referencia internacional al enmarcarlo en un contexto histórico y cultural. En cambio lo que resultó al final fue que cada institución, pública y privada, administró sus propias obras de Goya por separado, por un lado el Museo Provincial de titularidad estatal transferida al Gobierno de Aragón y, por otro, el Museo Goya-Ibercaja.

Ahora, de nuevo, se vuelve a plantear ¿otro Museo Goya? Esta vez el Ayuntamiento de Zaragoza presenta un proyecto ambicioso sin apenas recursos propios del autor, es un reto, sin duda, además quiere ubicarlo en el palacio de La Lonja. Este edificio renacentista, referente de una dinámica expositiva de alto rendimiento cultural y social para Aragón, se dibuja difuminada e imprecisa para establecer un museo. La elevación interior arquitectónica del edificio debe permanecer visible, por lo que no favorecería lo que es el concepto museístico que requeriría de espacios delimitados, temáticos y esenciales para lograr un contexto de fusión histórica. La Lonja ha contribuido a un dinámico nivel cultural a través de extraordinarias exhibiciones por lo que despojar a la ciudad de esta referencia sería un craso error, quizá habría que pensar en otro espacio. Sin ir muy lejos está la Casa Consistorial del Ayuntamiento -de estilo neorrenacentista-- que por sus características de distribución de espacios, alturas y estancias, se configura con muchas más posibilidades museísticas, participando igualmente en conseguir que la Plaza del Pilar sea el epicentro que pretende el Ayuntamiento, trasladándose la administración municipal a uno de los edificios en la zona Expo, punto de encuentro de otras administraciones.