La propuesta lanzada por Felipe González para que PP y PSOE formen una gran coalición de gobierno "si el país lo necesita" ha descolocado a una dirección socialista que intenta combatir en la campaña europea la idea de que los dos grandes partidos españoles "son lo mismo". González apela a la experiencia de Alemania, donde democristianos y socialdemócratas gobiernan en coalición, tras unas elecciones que no dieron la mayoría absoluta a Merkel. Si de lo que se trata es de aunar esfuerzos para encarar una mejor y más rápida salida de la crisis, por ejemplo, bienvenida sea la fórmula. Pero habría que recordarles que en esta inacabable crisis han aprovechado de forma reiterada sus estragos para erosionar al rival. Ahí está sin ir más lejos el voto contrario del PP al paquete de recortes que aplicó Zapatero en mayo del 2010 por exigencia de la UE, y que luego profundizó el PP en cuanto ganó las elecciones. Poca credibilidad tiene la propuesta si PP y PSOE no la han visto necesaria para paliar una sangría de 6 millones de parados, y solo empiezan a verla cuando las encuestas les auguran una pérdida masiva de votos.