La disposición del Partido Popular de negociar la cota media de Yesa significa un importante paso adelante en el enquistado debate sobre la política hidráulica de Aragón. El hecho de sentarse a hablar y negociar es una garantía de acercamiento en posturas que hasta ahora permanecían inflexibles y que habían roto el histórico consenso hidráulico alcanzado en 1992. Antonio Suárez, portavoz de los populares, pone una serie de condiciones para garantizar las reservas de agua establecidas en el acuerdo parlamentario, lo que significa que habrá que estudiar alternativas entre todos. Es decir, se abre un panorama en el que el diálogo ha de ser racional y generoso para que sea fructífero y avance. En esa mesa tienen que estar todos los partidos, sin excepción. Cualquier ausencia se puede interpretar como una exclusión que la base social, la que en definitiva ha conseguido modificar la política hidráulica del país, no entendería.