Hace unos pocos días conocíamos los datos del INE sobre nacimientos y defunciones en España. Unos datos totalmente desoladores y preocupantes para nuestro país pero aún más para nuestra región, y que vienen a confirmar que la España de interior se muere. Una España vacía que cada vez tiene menos jóvenes porque nacen menos y porque, los pocos que hay, se marchan por la falta de oportunidades.

Los datos señalan que en el primer semestre de 2017, en el conjunto de España, el número de nacimientos (187.703) fue un 6,3% menor al del mismo periodo del año anterior, mientras que las defunciones (219.835) fueron un 4,5% mayores, según la última estadística oficial del INE, publicada este martes. El número de nacimientos se sitúa en su cifra más baja desde 1999 (185.222), es decir desde hace 18 años, y sigue una tendencia a la baja mantenida desde el año 2008 (255.062), interrumpida por un leve incremento experimentado en 2014. En nuestra comunidad, se registró el peor saldo vegetativo en 18 años, 3.703 difuntos más que alumbramientos.

Del informe del INE destaca negativamente otro dato, la media de edad en la que la españolas tienen su primer hijo es de 32,1 años. Que la edad de maternidad se retrase tanto provoca que, en numerosos casos, las parejas no opten por tener un segundo hijo.

La experiencia comparada demuestra que las mejores políticas para aumentar la natalidad son aquellas que permiten la conciliación de la vida laboral y familiar. Por eso, desde Ciudadanos presentamos y registramos en el Congreso una Ley de Conciliación, Igualdad y Apoyo a las Familias, con un paquete importante de medidas. Entre ellas, se aumentan los permisos de maternidad y paternidad, 10 semanas intransferible para cada miembro de la pareja, más 10 semanas que podrán compartirse entre ambos miembros y, además, 4 semanas extras, 2 para cada progenitor, si las 10 semanas se comparten de forma equitativa, en total se pueden llegar a 34 semanas; educación de 0 a 3 años universal y gratuita; clases de inglés con profesores nativos durante el mes de julio de forma gratuita para que nuestros hijos se diviertan mientras aprenden.

Las políticas de conciliación son necesarias pero no suficientes. Para que las parejas se decidan a tener hijos es imprescindible que nuestros jóvenes tengan empleo y este sea de calidad; y en España, por desgracia, esto parece una utopía. Tenemos la segunda tasa de paro más alta de Europa -sólo nos gana en ese dudoso honor Grecia-, y 9 de cada 10 contratos que se firman son temporales. Así es muy complicado que nuestros jóvenes puedan independizarse y plantearse un proyecto de vida. Para acabar con la precarización de nuestro mercado de trabajo Ciudadanos llevó al Congreso su ley contra la precariedad que planteaba el establecimiento de un contrato único, la creación de una mochila de derechos para el trabajador y el establecimiento de un bonus en las cotizaciones de la Seguridad Social para aquellas empresas que despidan menos.

Sin embargo, a pesar de encontrarnos en una situación muy grave, ni la cuestión demográfica, ni el despoblamiento ni la precariedad parecen estar entre las prioridades del Gobierno Sánchez -bien es cierto que no sabemos a ciencia cierta cuáles son sus prioridades sobre nada, porque no ha tenido a bien comunicárselo a los ciudadanos aún. En el Congreso, socialistas, conservadores, populistas y nacionalistas se han aliado para bloquear la ley contra la precariedad de Ciudadanos; y de sus planes para afrontar el reto demográfico no tenemos noticia. Por el momento, en lo único en que Sánchez ha mostrado interés es en dar privilegios a unas comunidades frente a otras, -perjudicando entre ellas a Aragón-, mirando al pasado y no al futuro, y olvidándose por completo de la igualdad de todos los españoles.

*Diputado de Ciudadanos

por Zaragoza al Congreso